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martes, febrero 06, 2007

El Espacio en Blanco

Para todos ustedes, en especial para mis amigas del colegio, aquí va la historia del espacio en blanco:
Estábamos en 5to de secundaria y era nuestro último retiro como promoción. Más allá del remezón emocional que puede significar para una chiquilla de 16 ó 17 años alguna de las charlas a las que es sometida, un retiro espiritual es LA oportunidad para pasarla mostro:

1. En alguna bella casa fuera de la ciudad (Chosica, Chaclacayo, Santa Eulalia, etc).
2. Con tus amigas/os en un momento de la vida en que la amistad es un valor TOP.
3. Lejos de los cuadernos o tu mamá pidiendo que aproveches de limpiar tu cuarto porque es sábado.
4. Experimentando cómo habría sido vivir en un internado con toda esa gente que adoras u odias (dependiendo el caso).
5. Contando con toda la noche para hacer travesuras (alcohol o cigarrillos solo si no te revisaron la maleta al llegar).
6. Etc.

Y no hay forma de que un grupo de catequistas controlen permanentemente a alrededor de 50 adolescentes. Por eso sucedieron cosas como el espacio en blanco.

Para que comprendan bien la historia, deben saber que se trataba de un colegio de mujeres. Una de las travesuras comunes durante ese último año –y que se inició en ese retiro- fue la de las violaciones, que consistía en meterle la mano a alguna compañera cuando estaba desprevenida o cuando el grupo considerara que era el momento propicio (porque a veces era todas contra una). No era un tema morboso, no es que todas fueramos lesbianas, era nada más una jodita.

Nos mandaron a dormir durante la primera noche. Fuimos distribuidas en dos habitaciones llenas de camarotes, ambas unidas por un baño grande. Se podía acceder de un cuarto al otro a través de este. Y solo había un adulto responsable en mi habitación, una monjita que, ni bien puso la cabeza a la almohada, se quedó SECA. Y por más que gritábamos y corríamos, no se despertaba. Los catequistas estaban lejos y ocupados, preparando el material de trabajo para el día siguiente. Las circunstancias ERAN propicias.

La gente del otro cuarto empezó a llegar en medio de la oscuridad. Muchos camarotes habían sido pegados unos con otros para poder conversar sin tener que gritar, porque lo último que la gente quería hacer era dormir. Pero en cuanto llegaron de la otra habitación, empezaron a trepar en los camarotes, por el segundo nivel. No sé si estaban violando a alguien, pero sé que había movimiento. En la oscuridad no se podía ver bien.

Silvana había estado pasando de uno a otro camarote por la parte de arriba y, mientras avanzaba, iba tocando con la mano para ver si habían unido un camarote más y poder pasar. Pero llegó justo al borde del último camarote que había sido pegado –porque ni el mío ni el que estaba a mi derecha fueron juntados con los otros- y entonces dijo “Hay un espacio en blanco”, queriendo avisar a las que venían detrás que había un espacio vacío entre las camas y que se podían caer, pero ni bien terminó de decirlo, alguien la empujó (¿sin querer?) y al instante escuchamos un ¡POM! Y de pronto ya no se oían la voz de Silvana.

Rosa estaba en el otro camarote que no se había juntado con los demás y me dijo: Diana, alguien se ha caído. Empezamos a oír gemidos. ¡Prendan la luz! Era Silvana tirada en el suelo, casi inmóvil, con expresión de dolor.

Al rato llegaron algunos catequistas y se llevaron a la gente que no era de la habitación, entre ellas a Silvana, a quien tuvieron que arrastrar de vuelta a su cuarto, porque se golpeó fuertemente la rodilla y no podía andar.

Después de todo el escándalo, la monjita seguía durmiendo. Se apagó la luz, los catequistas se fueron y colorín colorado, NO nos fuimos a dormir.
Así que si eres papá o mamá y piensas que tus hijos se van de retiro a volverse niños buenos, mejor anda haciéndote la idea...

jueves, diciembre 21, 2006

Cosas del cole

Yo estudié en un colegio de mujeres (que ahora es mixto) y luego de tantos años con la misma gente, gran parte de mi promoción fue adoptando modas y cualidades que le daba cierta homogeneidad o que al menos la distinguía del resto de promociones. Solo éramos dos secciones y ya en el último año nos juntaron en una sola aula, alrededor de 50 chicas y sí, éramos un poco traviesas e irrespetuosas con quien podíamos serlo. Nada fuera de lo normal para gente de nuestra edad .

Recuerdo que los profesores nunca lograron quitarnos unas frasecitas comunes que para algunas se volvieron muletilla o inclusive reacción nerviosa. Decíamos "ment!" y "ahhhhh!". En realidad ayudaría que les ponga el audio. Algún día organizaré un reencuentro y grabaré las palabrejas, dichas por cada una. No saben los matices que pueden adoptar. Les explico cómo aparecieron.

Más o menos por 6to de primaria alguna chica trajo la moda de decir "mentiiira", después de hacer alguna broma o de engañar a alguien. Entonces cuando pasaba un avión podía decir "temblor!" y luego "mentiiira!". Sí, una tontería. En ese entonces el resto la miraba feo. Pero con el pasar de los años ese "mentiiira!" se convirtió en "meeeeeentiiiiiraaaaaa!", esto ya a fines de 3ero de secundaria y ya se había extendido lo suficiente como para escucharlo muy seguido en el salón, el recreo, en la calle, en el teléfono.

En 4to y 5to ya solo era "meeeent!" o peor: "meeeee". Sí, mismo oveja. Además esta palabrilla iba acompañada de un movimiento corporal, más que nada en la cabeza que con una elevación de mentón se balanceaba hacia atrás. En algunos casos el movimiento del cuerpo era tal que las carpetas alrededor se remecían por un tiempo. En realidad esto lo lograba solo una persona de voz bastante grave. Sí, Carolina, a ti te hablo :D

Pero el "ahhhh!" apareció recién en 5to, cuando las autoridades sufrían intentando borrarnos ese grotesco "meeeent!!" que se escuchaba tan terrible en unas señoritas de colegio de monjas con cola alta y faldón de cuadros. Recuerdo que en el último retiro -en el que una chica se lesionó por caer de un camarote que no era el suyo, en una habitación que tampoco era la suya mientras la monjita a cargo dormía placidamente- ese "ahhhh!" adoptó una mímica bastante exagerada. Algunas abrían mucho los ojos y señalaban con el dedo a la persona que estaba al frente pues esta expresión significaba "ahhh te la creíste!", era casi reemplazable por el "meeent", es decir también se usaba después de bromas y cochineos. Cuando la broma era aplicada a un grupo, la mímica cambiaba, ya no se señalaba con el índice a una sola persona sino que se formaban círculos señalando y mirando a todas las personas alrededor.

El ment y el ahhh eran gritados a coro en clase o en cualquier reunión porque en una situación divertida, esa era la primera expresión que se venía a la mente de una. Yo también fui presa de ellas y el otro día que me encontré con mi amiga Giovi la escuché decir de nuevo esas frases y me di cuenta de que yo también las seguía diciendo. Es como si cada vez que nos reunieramos el contexto reapareciera, otra vez son válidos el "ment" y el "ahhhh".

Es terrible. Pensé que con la Universidad se me quitaría, pero ya me veo a los 50 años en un reencuentro, té de tías y diciendo la mismas tonterías de siempre....

Mentiiiira!!!